Una eSIM (embedded SIM) es un chip instalado permanentemente en el dispositivo que asume la función de una tarjeta SIM M2M clásica. A diferencia de una tarjeta SIM física, la eSIM no se sustituye, sino que se programa digitalmente.
Una eSIM (embedded SIM) es un chip instalado permanentemente en el dispositivo que asume la función de una tarjeta SIM M2M clásica. A diferencia de una tarjeta SIM física, la eSIM no se sustituye, sino que se programa digitalmente.
A diferencia de la tarjeta SIM clásica, que viene en forma de chip en un soporte de plástico, la SIM integrada es simplemente un chip que se instala de forma permanente en el dispositivo final. Mide unos 5 x 6 milímetros y prescinde por completo del conocido soporte de plástico. En su lugar, se suelda durante la producción, de modo que ya no es necesario insertar una tarjeta SIM en el dispositivo final. Esta tecnología desempeña un papel cada vez más importante en la comunicación M2M, ya que está transformando la conexión en red de los dispositivos y creando nuevas oportunidades para las aplicaciones IoT. Los datos para utilizar la red móvil se cargan a través de un perfil electrónico, normalmente utilizando métodos over-the-air.
Como la SIM integrada se suelda directamente en el dispositivo, ocupa mucho menos espacio que una tarjeta SIM convencional. Esto significa que los dispositivos finales pueden diseñarse de forma mucho más compacta. El espacio que de otro modo se necesitaría para la SIM M2M y la ranura de la tarjeta SIM puede utilizarse de otro modo o eliminarse por completo.
Las tarjetas SIM están disponibles en diferentes formatos, pero la eSIM es siempre la misma. Con una eSIM, no es necesario tener en cuenta qué formato de SIM necesita el dispositivo.
La eSIM no lleva soporte ni embalaje de plástico. Esto ahorra residuos plásticos y protege el medio ambiente. Además, la SIM no tiene que enviarse al usuario independientemente del producto, como una tarjeta SIM clásica. Esto ahorra emisiones adicionales por el envío.
En lugar de esperar a que se envíe por correo una tarjeta SIM y se inserte en el dispositivo final, la eSIM puede utilizarse inmediatamente. Los datos del operador de red se transfieren digitalmente y el dispositivo está listo para su uso.
Una ventaja decisiva de la eSIM es su mayor seguridad mecánica. Como la eSIM está soldada a la placa de circuitos del dispositivo final, es prácticamente imposible robar la tarjeta SIM y utilizarla indebidamente para otros fines. La eSIM también es menos vulnerable en entornos con fuertes movimientos. Una tarjeta SIM clásica podría, por ejemplo, deslizarse en la ranura de la tarjeta SIM y hacer que se perdiera la conexión. Este riesgo se elimina con una eSIM.
En el caso de las aplicaciones sensibles, además de la seguridad mecánica puede aplicarse el cifrado de datos, como IPsec. Esto permite asegurar criptográficamente los datos transmitidos antes de transportarlos por redes públicas.
La eSIM se programa mediante protocolos normalizados. La norma GSMA eSIM permite cargar a distancia perfiles de operador en la eSIM. Esto se hace a través de un sistema de gestión seguro conocido como Subscription Manager. Subscription Manager-Secure Routing (SM-SR), que permite la gestión segura de las eSIM a lo largo de todo su ciclo de vida, es especialmente relevante para las aplicaciones IoT.
Las SIM integradas admiten varias tecnologías inalámbricas como LTE-M, NB-IoT y LoRaWAN para aplicaciones de bajo consumo. Al configurar dispositivos con SIM integradas, deben tenerse en cuenta parámetros como el tamaño de la MTU para garantizar una transmisión de datos óptima.
Las aplicaciones potenciales de las SIM integradas son diversas y no dejan de crecer:
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