En la Internet de los objetos, millones de dispositivos se comunican entre sí, a menudo alimentados por baterías y en lugares de difícil acceso. Aquí es exactamente donde entran en juego las tecnologías LPWAN: permiten una conectividad energéticamente eficiente, rentable y duradera. Dos estándares clave son NB-IoT y LTE-M. Pero, ¿qué tecnología es la adecuada para su proyecto?
LPWAN (Low Power Wide Area Network) es sinónimo de estándares de comunicaciones móviles optimizados para bajas velocidades de transmisión de datos, bajo consumo de energía y largo alcance. Ideal para aplicaciones IoT con transmisión esporádica de datos, como sensores, contadores inteligentes o rastreadores.
En el entorno celular, se han establecido dos estándares LPWAN compatibles con 3GPP, NB-IoT y LTE-M, que se basan en redes móviles y, por tanto, también ofrecen la calidad de red y la escalabilidad necesarias en aplicaciones profesionales.
Que un proyecto pueda funcionar con éxito a largo plazo depende en gran medida de la conectividad adecuada. Si se opta por el estándar de comunicaciones móviles "equivocado" al principio, pueden surgir problemas más adelante, como una mala conexión en caso de obstáculos o un consumo de energía innecesariamente elevado.
Precisamente por eso merece la pena analizar las diferencias y evaluar de forma realista qué tecnología se adapta mejor a cada aplicación.
NB-IoT (Narrowband-IoT), también conocida como LTE Cat NB1, es una tecnología móvil especialmente desarrollada para el Internet de los objetos. Es especialmente adecuada para aplicaciones estacionarias en las que rara vez es necesario transmitir pequeñas cantidades de datos. La fuerza de NB-IoT reside sobre todo en su eficiencia energética y en su capacidad para garantizar una conexión estable incluso en lugares de difícil acceso. Una de las razones por las que NB-IoT funciona de forma fiable incluso en entornos blindados como sótanos o salas técnicas es el llamado principio de baja frecuencia: las ondas de radio que se transmiten en rangos de baja frecuencia, como es el caso de NB-IoT, tienen una mayor longitud de onda. Estas ondas largas penetran paredes, suelos y otros obstáculos estructurales mucho mejor que las señales de alta frecuencia.
dispositivos que se conectan a través de NB-IoT también requieren muy poca energía. Tan poca que pueden funcionar hasta diez años con una sola batería. Esto convierte a NB-IoT en la solución ideal para sensores, contadores u otros dispositivos que necesiten funcionar durante años con poco mantenimiento.
NB-IoT también muestra sus ventajas en términos de alcance y capacidad para penetrar paredes o estructuras de edificios: Se puede establecer una conexión fiable incluso en aparcamientos subterráneos, sótanos o zonas remotas con condiciones radioeléctricas difíciles. Al mismo tiempo, la tecnología ofrece una densidad de red muy alta. Esto significa que varios cientos de miles de dispositivos pueden funcionar en paralelo en una sola célula de radio sin interferencias.
Estas propiedades hacen de NB-IoT la opción preferida para muchas aplicaciones clásicas de IoT, como la medición inteligente, los sensores de aparcamiento o la monitorización de parámetros medioambientales. Existen limitaciones en términos de velocidad de datos y latencia: no se pueden transmitir grandes cantidades de datos de manera eficiente y las aplicaciones en tiempo real no son adecuadas debido al retraso comparativamente alto. NB-IoT también es adecuado para aplicaciones móviles solo hasta cierto punto, ya que no es posible cambiar de celda sin problemas, por ejemplo, cuando los objetos están en movimiento.
A diferencia de NB-IoT, LTE-M (LTE Cat M1) está diseñada para escenarios IoT que requieren tiempos de respuesta rápidos, una mayor velocidad de datos y movilidad. La tecnología se basa en la red 4G y ya está disponible en muchos países. Al mismo tiempo, está preparada para el futuro, ya que LTE-M también puede funcionar en redes 5G con una simple actualización de software.
Una característica clave de LTE-M es su baja latencia: los datos pueden transmitirse en milisegundos, lo que permite a las aplicaciones reaccionar casi en tiempo real. Incluso grandes cantidades de datos -por ejemplo, en el seguimiento de activos o en wearables- pueden enviarse y recibirse sin problemas. Además, LTE-M permite conmutar sin problemas entre células de radio (handover), de modo que incluso los dispositivos en movimiento pueden establecer una conexión estable en todo momento. Esto hace que LTE-M sea ideal para casos de uso móvil en los que se requieren cambios de ubicación y flujos de datos continuos.
Otro punto a favor es la compatibilidad con servicios de voz a través de VoLTE, especialmente relevante para aplicaciones críticas para la seguridad, como los sistemas de llamada de emergencia en vehículos o ascensores. Aunque LTE-M consume algo más de energía que NB-IoT y ofrece una menor penetración en edificios, los usuarios se benefician de una mayor funcionalidad, comunicación en tiempo real y amplia disponibilidad de red, especialmente en Europa y Norteamérica. Por tanto, LTE-M suele ser la mejor opción para proyectos en los que la movilidad, el bajo retardo y la comunicación de voz desempeñan un papel importante.
Niedrig (< 250 kbit/s)
Alta
Muy bajo
Mittel (< 1 Mbit/s)
Bajo
Bajo
Muy buena
No
Sí (VoLTE)
Sólo con hardware externo
Integrado (con soporte de red)
Parcialmente, aún en construcción
Ampliamente disponible en redes LTE
Contadores inteligentes, sensores
Seguimiento, wearables, control móvil
Restringido
Bien
Totalmente compatible
La elección entre NB-IoT y LTE-M no es un fin técnico en sí mismo, sino que influye directamente en la eficiencia y escalabilidad de un proyecto. El factor decisivo es la aplicación específica. Una estrategia híbrida también puede tener sentido en determinados escenarios, por ejemplo, con módulos multibanda que utilicen NB-IoT o LTE-M en función de la ubicación.
La elección entre NB-IoT y LTE-M no es una decisión puramente técnica, sino que depende en gran medida del escenario de despliegue específico de su aplicación IoT. Para identificar la solución de conectividad adecuada, merece la pena plantearse tres preguntas clave:
Elpatrón de movimiento de su dispositivo juega un papel decisivo. Cuando se trata de una aplicación fija -como un contador de agua en el sótano, una sonda de temperatura instalada permanentemente o un sensor de aparcamiento- hay mucho que decir a favor de NB-IoT. Esta tecnología está especialmente diseñada para instalaciones estáticas y gana puntos por su largo alcance y alta disponibilidad de señal en zonas de más difícil acceso, como aparcamientos subterráneos y sótanos.
La situación es diferente si su dispositivo cambia regularmente de ubicación o está en constante movimiento, como en el seguimiento de cadenas de suministro, en wearables o en máquinas móviles. En estos casos, LTE-M es la mejor opción, ya que es capaz de traspaso: el dispositivo puede cambiar entre células de radio sin interrupción y siempre permanece conectado.
En resumen: móvil = LTE-M, estacionario =NB-IoT
Otrofactor es la cantidad de datos que debe transmitir tu dispositivo y los intervalos en los que esto sucede. Si solo necesitas transmitir pequeños paquetes de datos a intervalos regulares, como con un sensor de nivel de llenado o un contador inteligente, NB-IoT es ideal. La tecnología está diseñada para enviar pequeñas cantidades de datos durante periodos de tiempo más largos ahorrando energía, algo perfecto para aplicaciones en las que la eficiencia energética es más importante que la velocidad.
Si, por el contrario, hay que transmitir continuamente flujos de datos más grandes, como datos de posición en tiempo real o mensajes de estado de máquinas más complejas, LTE-M tiene ventaja. El mayor ancho de banda y la menor latencia permiten una comunicación más rápida, estable y bidireccional.
En resumen: datos bajos y periódicos = NB-IoT, flujo de datos continuo =LTE-M.
Laubicación física de tu dispositivo también influye en qué tecnología es más adecuada. En entornos con escasa cobertura de red -como sótanos, naves industriales o zonas rurales con muchos obstáculos estructurales- NB-IoT cobra realmente protagonismo. La elevada penetración en edificios garantiza que siga habiendo una conexión fiable incluso donde otros estándares ya han alcanzado sus límites.
Si, por el contrario, tu dispositivo se desplaza con flexibilidad, como en un vehículo, en ubicaciones cambiantes o en combinación con itinerancia global, LTE-M ofrece la flexibilidad de red necesaria. Con la posibilidad de cambiar entre células de radio y utilizar servicios de voz o SMS, estará perfectamente equipado para escenarios móviles y dinámicos con LTE-M.
En resumen: subterráneo, blindado = ventaja NB-IoT, flexibilidad de red en movimiento = ventaja LTE-M
Independientemente del estándar inalámbrico elegido, la fiabilidad de un proyecto IoT depende de la tarjeta SIM adecuada.
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